Bajó de las estrellas una noche mas, para apreciar de primera mano la sociedad, pero, esa noche fue diferente. Solo veía engaños, traiciones, intereses desafortunados y mucha maldad.
Bladius intentaba comprender "el porqué" de dichos comportamientos humanos nombrados anteriormente. No lograba comprender porque... El ansiaba con enamorarse al fin, se esperaba lo mismo de la humanidad, y se llevó una gran decepción.
Bajó a la tierra y se transformó en un humano normal, se sentó en un banco de madera, antigua y poco visible. Observaba como un humano tras otro pasaban, merodeando por las calles, con el teléfono en las manos, con periódicos, maletines, niños de las manos, etc... Infinidad de situaciones.
Una niña de unos 8 años se acercó a el y le dijo:
-Sé quien eres...
Bladius frunció el ceño, giró la mirada y le puso atención plena a la niña:
-Ah! si? quién soy yo pequeña? - le respondió.
-Eres un ángel, verdad? has venido a observarnos como haces de costumbre...
El ángel respondió con una leve sonrisa, acto seguido asintió con la cabeza con la sonrisa. La niña se sentó a su lado y prosiguió:
-Como es el cielo?
-Pequeña... El cielo es algo demasiado complejo como para describirlo con palabras limitadas... Es tarde, no deberías ir con tus padres?
-Soy huérfana.. Me... Me escapé del centro, no me tratan bien... Creí que los ángeles lo sabíais todo! - le respondió la huérfana tristemente.
-Pequeña... Si realmente los ángeles lo supiéramos todo, yo por ejemplo, no estaría aquí con vosotros aprendiendo, pero quizá tu situación tenga un poco de arreglo, ven conmigo, te acompañaré a tu centro.
El ángel se levantó del banco lentamente, le dio su mano con una sonrisa. La niña miró fijamente la mano y con inseguridad, le dio la mano.
Caminaron juntos largas calles cogidos de la mano, hablando de otros ángeles y experiencias que Bladius tenía con humanos al pasar desapercibido, situaciones graciosas que a la niña le hacían reír y olvidar el malestar que tenía.
Al fin, llegaron a la puerta del centro.
-Bueno pequeña, ya hemos llegado, no te preocupes por tus tutores, ni por tus compañeros, has tenido mucha suerte, posees un Don y por ello te voy a cuidar siempre que pueda. A cambio de que tu ayudes en un futuro, a los que necesiten tu ayuda.
-wow! Hecho! - le respondió alegremente.
Bladius picó la puerta, lentamente retiró la mano de la mano de la niña y cuando abrieron la puerta, Bladius desapareció a la nada, tornándose invisible en un abrir y cerrar de ojos, en su verdadero aspecto angelical.
-Sarah! estábamos muy preocupados! donde te habías metido? estábamos llamando a la policía! - le alzó la voz su tutor.
-Estaba con un Ángel...
El tutor preocupado la miró de arriba abajo para ver si le habían hecho algo. Acto seguido pasó una ligera corriente de aire lo cual hizo que la entrase hacia adentro del centro. La mandó a su habitación y junto su cama al lado estaba la ventana que Sarah, miraba con impaciencia a que el ángel volviese aparecer tal y como dijo. Se puso el pijama rápidamente, y se sentó en su cama mirando fijamente la ventana a la espera de su aparición, pasaban los minutos, las horas... Terminó durmiéndose sentada en la cama, de manera inconsciente, continuando la espera.
El ángel apareció como una luz de color azul muy muy claro! cogió a la niña en brazos, abrió el endredón y la tapó para que no cogiera frío. Ella dentro de su sueño susurró...
-Jopé... Has tardado mucho...!!-con una lágrima cayendo lentamente.
Bladius le secó la lágrima y le susurró al oído:
-Siempre estuve aquí, no esperes algo que no puedes ver, sino que puedes sentir. Descansa pequeña.
Acto seguido volvió a desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. El ángel voló hasta la colina de la ciudad donde su otro amigo le aguardaba. Aterrizó suavemente con una sonrisa.
-Y esa sonrisa viejo amigo?- le preguntó
-Hoy he aprendido una gran lección, de una niña de 8 años...
-De verdad? Ilumíname! - le preguntó con emoción.
-Te hace recordar que la Fe en la humanidad no está perdida, cuando solo ves maldad en ellos, siempre hay alguien que te levanta los ánimos para seguir apostando por ellos. Esa niña tiene un Don! me descubrió sin más...
-Wow! Esa clase de personas Mi amigo Bladius, son los verdaderos ángeles... Los que siempre están realmente ahí.
-Cierto es... Viejo amigo, cierto es... -Asintió Bladius con la cabeza.
Los dos se giraron a observar la ciudad, con un poco mas de alegría que ayer, con menos alegría que mañana. Aguardando en la oscuridad...