Dejó de observar la gran ciudad desde la colina donde siempre se reunía con su viejo amigo Reik y decidió subir a los cielos, donde aguardaba el reino lumínico que toda la humanidad soñaba entrar. Al llegar, las alas se tornaron una capa color carmesí tapándole toda la espalda hasta los gemelos y parte de los brazos.
-Hermano Bladius, que te trae de nuevo por el reino? - le preguntó el guardián de las puertas.
-Quiero hablar con él. - le contestó.
-Me temo que está ocupado, como siempre, deberías de saberlo.
Bladius frunció el ceño, ignorándolo se abrió paso a la ciudad lumínica ignorando su respuesta y observando el gran palacio donde no parecía tener fin de altura y amplitud. El mismo palacio parecía una gran ciudad.
el ángel flotó hasta los grandes portones del palacio, abriéndolos a toda prisa.
-Alto! quien osa irrumpir el gran palacio de nuestro señor! - Exclamó otro ser divino que custodiaba las puertas.
-Quiero verle! - contestó Bladius.
Lo apartó bruscamente y prosiguió su camino hasta llegar al gran salón donde se hallaba él. En su gran trono lumínico. Bladius se arrodilló.
-Señor... Perdona mi entrada...
-Levántate Bladius Black. He visto tus actos irrespetuosos de presencia, te he dejado pasar para que me expliques que has estado haciendo exactamente.
El ángel se levantó enfadado y le contestó:
-Lo único que he hecho es un acto de FE a la humanidad, integrarme en ellos, entenderlos mejor en su propia piel y sangre. Hace siglos que van perdidos, no creen en ti.
-Lo sé, por eso les otorgué libre albedrío, para que eligieran su propio camino, en ningún momento quise que creyeran en mi.
-A diferencia de nuestro reino, en el suyo hay hambruna, hay guerras, terror, muertes, enfermedades... Porque diablos sigues consintiéndolo!
-No me hables así hijo... la libertad tiene un precio, ellos se lo han buscado.
-Hace siglos atrás, tu tampoco eras así! prefiero ser humano y morir sabiendo que no los abandoné, a que seguir sirviéndote con frialdad!
-pues, que así sera, Black.
Se levantó de su gran trono flotando lentamente, concentró energía en su mano y disparó a Bladius intensamente. Este comenzó también a flotar, envuelto de esa energía misteriosa, arrebatándole la capa carmesí. Quedando cada vez mas débil. "El" paró de arrebatarle mas poder y prosiguió:
-Hijo, estás seguro...?
-Completamente...
Justo antes de proseguir, irrumpió el acto Reik.
-Alto!!! para! Bladius no sabe lo que dice Señor... Perdónale!
-No continuaré, esto no tiene sentido, pero no volverás a verme nunca mas. Estarás condenado a servirles en la tierra, a tu voluntad. Bladius. - Le exclamó el.
Creó un agujero y lo llevó de nuevo a la tierra, sentado en el mismo banco donde se encontró a la niña con aspecto humano y vestido con ropa sucia, botas rotas con un carro de la compra oxidado y lleno de metales para vender. El ángel miró al cielo decepcionado.
-Pues... Yo también forjaré mi propio camino, "Padre"... - susurró.