Era una noche tranquila, de luna menguante, cielo despejado y un clima temperado, corría una brisa suave, agradable y solitaria. Como siempre, en la tribuna de la ciudad observando a los humanos crecer, equivocarse, cambiar... Años sin perder la Fe en ellos, en completo silencio siempre, observándolos y con la mirada firme en un punto infinito preguntarme; "porque la humanidad tenía tanta maldad pese a los actos bondadosos que tenía..."
Miré al cielo y vi como una gran luz bajó a una gran velocidad, aterrizó al lado mio, con las alas abiertas, aquel ser abrió los ojos a la vez que la luz que lo acompañaba desaparecía, encogió las alas, me miró fijamente y me dijo a la vez que se acercaba lentamente a mi.
-Porque les sigues ayudando, sabes de sobra que siempre piden cosas a cambio, no están preparados para nuestra mentalidad Bladius...
Le aparté la mirada al escuchar esas palabras, mirando al vacío del gran precipicio fruncí el ceño y le contesté...
-Porque hubo alguien que nos enseñó a no perder la FE jamás mi viejo amigo...
Aquel angel que siempre prefería estar en la última fila observando, se sentó a mi lado con una leve sonrisa y prosigió con sus palabras...
-Ellos estan acabados, todo lo que nos enseñó a ti y a mi nuestro maestro... No sirve para nada, incluso el a perdido la FE en ellos, los ha dejado a su suerte.
-Y me ves preocupado?-le contesté acto seguido mirándole a los ojos.-Mientras yo esté aqui, no estarán a su suerte, siempre tendrán a alguien a quien apoyarse cuando no tengan a nadie...
-a ALGO! mi viejo amigo Bladius... Recuerdalo... A algo... Ellos jamás te verán como alguien...

-A que has venido, que es lo que quieres- le dije.
-Que vuelvas con nosotros arriba, deja a la humanidad tranquila y regresa con nosotros...
Me armé de valor para otorgarle una leve sonrisa y acto seguido le contesté:
-Sabes que me voy a negar, aquí hay gato encerrado...
-Sino vuelves Bladius, entonces das a renunciar a tus poderes y privilegios, serás un humano y vivirás como ellos.
Ya decía yo... Que todo iba demasiado bien hasta el momento, apreté los puños con fuerza, me daba mucha impotencia no poder hacer nada, no quería abandonarles... Agaché la mirada y respirando hondo le volví a responder:
-Pues que así sea...
-Ingenuo...-me susurró.
Aquel angel arrogante se levantó, abrió las alas mirando al cielo y voló a gran velocidad al cielo infinito, desapareciendo en el como si nada hubiese pasado, en cambio yo volví al precipicio, me volví a sentar observando a la humanidad...
-Jamás os abandonaré...
Un angel que sacrifico sus alas por los seres humanos. Un angel que crea emociones positivas como el amor y la bondad. Ese angel se merece mucho mas que el cielo. No tener alas y poderes no importa pues sige siendo angel. Un angel que siempre creara luz a todas las personas.
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