miércoles, 16 de febrero de 2011

A Laura.

Es increíble como la ciudad sigue su rutina diaria sin apreciar lo que acontece a cada uno de los que ellos la componen. Es como si no importara lo que circule alrededor de cada uno. No hay unión, complicidad, ayuda, y todo se transforma en personas anónimas que divagan por aceras adormecidas por un liviano frio casi primaveral.
Una vez más aprecio lo acontecido desde la ventana de este maldito hospital hoy ya en su último día. Me despediré de estas vistas, olvidaré los dos meses a mi parecer perdidos, y lo más duro… te daré la bienvenida a mi mundo acompañándote también en la despedida del tuyo.
Veo a tus padres en el pasillo llorando. Tu hermana ha salido corriendo hacia los ascensores mientras los teléfonos móviles, no paran de emitir y recibir llamadas. Yo… sigo a tu lado, nadie puede verme y soy el único privilegiado en abrazarte y hacer que no te sientas sola en estos momentos de levitación entre un mundo y el otro.
Cumplí la promesa de no dejarte sola y ahora siento algo que no sé cómo explicarlo.
-Sí!!. Siento, o eso creo.
Tengo la necesidad de llorar y unirme al resto, pero como bien te expliqué la otra noche, nosotros no lloramos, solo admitimos lo que el de arriba ordena.
No puedo hacer ya nada. En sí, nunca pude hacerlo, solo ofrecí mi amistad “rara” y mi compañía continua.
-Qué sentimos cuando nos morimos?  - me preguntaste.
-No me acuerdo… conteste.
-¿Estarás aquí cuando eso pase? -Me preguntaste una vez más, pero esta vez lagrimeando.
-jamás te dejaré sola. Te afirmé.
Y con esta conversación se dio por terminada una vida de tan solo 21 años.

Sí….
Laura ha fallecido.
No hace aún ni tres horas. Y con ella ha terminado cualquier razón por la que estar divagando en este mundo de vivos en el que cada vez me siento más extraño.

No quiero seguir ganándome mi cielo, no deseo tener lo que todo ángel aprecia. Soy rebelde, estoy confuso y como bien dijo “el capitán” nunca conseguiré llegar a la meta.
¿Para qué seguir luchando por algo que no aprecio?
He querido conseguir el acercamiento a ellos, he querido ser uno más, intentar por todos los medios adaptarme a las vicisitudes y cada vez me he dado más y más cuenta que me estado engañando a mí y haciéndolo al resto.
No soy nadie…….. y creo que robar identidades no es lo justo.
Esta mañana me di cuenta de ello y esta tarde pude corroborarlo con ella.

Laura:
Cuando despiertes de tu sueño, mañana, podrás ver quién soy. Te estaré esperando y te acompañaré en lo que será lo más duro para ti, ver como se te da el último adiós. Así lo hicieron con migo y así he pedido poder hacerlo contigo.
Espero entiendas todo lo que en estos meses te he explicado. Hasta entonces seguiré aquí, aguardando tu llegada.


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